Vinos Rueda

La nueva era de la D.O. Rueda: calidad y distinción renovadas

La historia de la D.O. Rueda es un fascinante relato de evolución y cambio que te será de utilidad para acrecentar tu conocimiento sobre la cultura de los vinos. 

 

Durante las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, se gestó un movimiento liderado por la bodega Marqués de Riscal y respaldado por otros productores regionales convencidos de la necesidad de un cambio de rumbo. La fórmula del éxito se centró en los vinos jóvenes, frescos y de gran disfrute elaborados con la variedad Verdejo, aunque surgieron consideraciones sobre la tendencia a igualar las elaboraciones y descuidar la distinción.

 

 

Sin embargo, este hecho no representa un planteamiento fallido, sino un capítulo en el desarrollo vitícola de una zona en pleno proceso de reinvención. Estos elementos evidencian una madurez indiscutible en la visión de futuro de Rueda y su Verdejo. Los elaboradores y viticultores han demostrado un compromiso creciente por elevar la calidad de los vinos, poniendo especial énfasis en el trabajo desde el viñedo.


La zona se ha ganado un lugar en el catálogo mental de los consumidores como una región de blancos de calidad y la variedad Verdejo ha dejado atrás el estigma de ser aburrida para convertirse en una uva interesante y fascinante. El suelo, con su sorprendente terreno de canto rodado de origen aluvial, ha sido alabado por su influencia en los vinos. En el noroeste de la Denominación de Origen Rueda, los vinos jóvenes presentan intensos matices de fruta e hinojo, mientras que en el sur-sureste, la textura arenosa y el paisaje con pinares aportan vinos más finos, enérgicos y herbáceos.


 

Este camino de consagración ha llevado a la D.O. Rueda a descubrir un tesoro oculto en el municipio de Alcazarén; en este rincón especial, entre pinares y en un suelo arenoso, se encuentran viñas viejas prefiloxéricas que han dado origen a vinos de una relevancia y potencial excepcionales. Estos vinos han sido catalogados como el grand cru de Rueda, destacando por su distinción y calidad sobresaliente.

Este reducto arenoso demuestra la diversidad y la singularidad de la D.O. Rueda. Las viñas se entrelazan entre los pinares, beneficiándose de un entorno natural privilegiado que se refleja en la expresión y carácter de los vinos. Con una elegancia notable y una intensidad aromática cautivadora, estos vinos capturan la esencia de la región.

 

La consagración de la D.O. Rueda es un testimonio vivo del compromiso de la región por elevar la calidad y la excelencia en cada copa. Así, se sigue escribiendo su historia de éxito, consolidándose como una de las regiones vinícolas más destacadas y respetadas de España.

 

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