Este valioso texto fue escrito por Santiago Mora, el director general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rueda, y fue publicado en la prestigiosa revista Robb Report. A través de estas líneas, te invitamos a descubrir más acerca del rico legado histórico que caracteriza a la D. O. Rueda.
En el apasionante mundo del vino, el concepto de “origen” desempeña un papel crucial. Este término no sólo se refiere al lugar de donde proviene la uva, sino que también lleva consigo una rica historia y una identidad única. La Denominación de Origen (D.O.) Rueda puede parecer joven a primera vista, pero su legado se remonta a la creación misma de España.
Las denominaciones de origen surgieron en el siglo XX como respuesta a la creciente preocupación por la imitación y adulteración de los vinos. Con el aumento de la demanda, aparecieron falsificaciones en todo el mundo: champán alemán, jerez africano o australiano, chablis español, entre otros. Fue entonces cuando se reconoció la necesidad de crear denominaciones de origen para garantizar la procedencia y calidad del vino, protegiendo así al consumidor.
En este contexto, nos acercamos a la D.O. Rueda en España, tierra del verdejo. Esta uva, originaria del norte de África, llegó a estas tierras hace más de mil años y se adaptó maravillosamente al clima, altitud, suelos y la cultura local. El resultado: vinos con una personalidad única y distintiva que llevan consigo siglos de historia.
La D.O. Rueda, aunque parece reciente en comparación con la antigüedad de su legado, tiene sus raíces profundamente arraigadas en la historia de España. Recordemos que la reina Isabel la Católica nació en Madrigal de las Altas Torres, una localidad que hoy en día forma parte de la D.O. Rueda. Durante su reinado, el vino de esta región se convirtió en la elección de la corte real.
El mundo de la literatura también está impregnado de referencias a esta región. Miguel de Cervantes, en sus Novelas Ejemplares, realizó una cata comparativa de vinos de diferentes orígenes, incluyendo aquellos procedentes de Madrigal, Coca y Alaejos, todas estas subzonas de la D.O. Rueda.
La historia de la D.O. Rueda se remonta a 1494, cuando la reina Isabel creó una ordenanza para proteger los vinos de la tierra de Medina, marcando así el inicio de la protección y promoción de los vinos de esta región.
En 1980, tras un período de retroceso debido a la filoxera, que afectó a toda Europa en el siglo XIX y principios del XX, se creó la D.O. Rueda. Esta denominación se convirtió en la más antigua de Castilla y León y en la única incluida en el Estatuto del Vino de 1932. Su objetivo era recuperar la verdejo, que ahora se utiliza para elaborar vinos jóvenes con aromas cautivadores, que han triunfado en Europa y más allá.
Hoy, la D.O. Rueda se ha consolidado como la segunda Denominación de Origen de España en vinos tranquilos y la primera en vinos blancos de calidad, con casi el 42% del mercado (Nielsen, 2021).
Para concluir, recordamos las palabras del ilustre escritor Miguel Delibes, quien, en 1983, escribió en el diario ABC: “Puestos a ver, dónde Castilla ha destacado ha sido en los dos alimentos fundamentales: pan y vino. Con pan y vino se anda el camino; pero si el pan es lechuguino, de cuatro canteros, y el vino de Rueda o de Vega Sicilia, es posible que el camino se haga dos veces y sin sentir”. ¡Brindemos por la D.O. Rueda y su legado centenario! ¡Salud!