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Ciclo de la vid: La Brotación, el despertar del viñedo

El ciclo de la vid es un proceso fundamental para entender el desarrollo de la vid a lo largo de las estaciones, influyendo directamente en la calidad y características del vino. Este ciclo es crucial para los viticultores, ya que les permite tomar decisiones clave sobre la cosecha y el manejo del viñedo. Dentro de este ciclo, la brotación es una de las primeras y más importantes etapas fenológicas. Este es el momento en el que la vid comienza a despertar después del invierno y marca el inicio de su ciclo de crecimiento.

 

La Brotación

La Brotación es una fase fascinante dentro del ciclo de la vid, que ocurre en primavera, cuando las temperaturas comienzan a subir y las yemas de la vid, que habían estado dormidas durante el invierno, se abren. Este proceso es fundamental porque establece la base para el desarrollo de los racimos que se cosecharán más adelante en el ciclo. Durante la Brotación, se experimentan varios estados fenológicos que son claves para entender el crecimiento de la vid dentro de su ciclo vegetativo.

 

Fase de algodón o borra

En las primeras etapas de la Brotación dentro del ciclo de la vid, las yemas se abren y liberan una capa densa de fibras conocidas como borra o algodón. Esta capa de fibras cubre las primeras partes de la yema, dando una apariencia aterciopelada a la planta. Es uno de los primeros signos visibles del comienzo del proceso de crecimiento, y aunque no se nota a simple vista al principio, es esencial para proteger las primeras partes de la yema y garantizar un desarrollo adecuado dentro del ciclo fenológico.

 

 

La punta verde: Un símbolo de crecimiento

A medida que avanza la brotación dentro del ciclo de la vid, la punta verde empieza a formarse. Esta es la parte activa de la yema que comienza a crecer y diferenciarse como el futuro brote de la planta. La aparición de la punta verde es un signo claro de que la vid está comenzando a activarse y a desarrollar sus primeras estructuras, marcando un momento crucial dentro de su ciclo fenológico.

 

Hojas incipientes y racimos visibles

En esta fase de la Brotación dentro del ciclo de la vid, las hojas incipientes empiezan a asomar de los brotes. Aunque son pequeñas y frágiles en este punto, se desarrollarán rápidamente para ser las encargadas de alimentar la vid a través de la fotosíntesis. Además, los racimos comienzan a ser visibles, aunque aún en su etapa más temprana y no completamente formados. Este es un momento clave dentro del ciclo vegetativo de la vid, ya que es aquí donde se comienzan a prever los futuros racimos de uvas que darán forma a la cosecha.

 

 

Estado de hoja extendida y racimos visibles

A medida que la Brotación progresa dentro del ciclo de la vid, las hojas se extienden completamente, cubriendo la planta y permitiendo una mayor captación de luz para la fotosíntesis. Los racimos se vuelven más evidentes en esta etapa, y aunque siguen en desarrollo, es posible ver cómo se formarán los futuros racimos de uvas que se cosecharán al final del ciclo fenológico.

 

 

La brotación es solo el inicio de las etapas fenológicas dentro del ciclo de la vid, pero es esencial para establecer la base de todo el crecimiento. Cada fase que ocurre durante la Brotación, desde la aparición de la borra hasta el desarrollo de las hojas extendidas y los racimos visibles, es crucial para la futura calidad del vino. Identificar estas etapas fenológicas dentro del ciclo permite a los viticultores tomar decisiones que impactarán directamente en el resultado final de la cosecha.

 

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